Una de mis ocultas aficiones,
ligada a mi gusto por la literatura, es
leer constantemente el Quijote, lo que me ha llevado también a coleccionarlo.
En mi casa tengo todo un mueble con vitrina lleno de distintas ediciones del inmortal
libro de Cervantes, en castellano, en catalán (¡)… y en distintos idiomas del
mundo.
Aunque sé que la colección
no es muy grande, sí que tengo bastantes ejemplares que he ido comprando a lo
largo de mis viajes, encargándoselo a los que iban al extranjero, o comprándolos
en librerías de lance. No me faltan las recientes y últimas ediciones. En
algunos centros culturales me los han pedido para exponerlos.
Este libro maravilloso en el
que encuentro paz, sosiego, risa y sabiduría me dio la extraña alegría de encontrármelo
en un feria popular, editado en una edición liliputiense: lo adquirí pensando que
el tamaño no lo contendría completo,
pero sí, el texto está íntegro, y demás legible (forzando la vista o con la
ayuda de una lupa). Los dos volúmenes me salieron por un precio muy económico.
Así que estoy muy contento
de esta nuevo ejemplar adquirido que reposará en los anaqueles de mi biblioteca
junto a la edición en latín clásico y en macarrónico o con la edición ilustrada
por Antonio Saura o la exótica y soviética edición rusa.
Don José Luis:
ResponderEliminar¿La tiene en latín? ¿Dónde se podría conseguir?
El tío sacerdote de mi párroco lo tradujo al latín, pero se lo regaló al obispo, y como al pobre le quemaron el palacio, pues... sería un regalo original. (Y mi párroco seguro que lo entiende, jeje)