¿Quién es mi prójimo?
Salí
del trabajo al finalizar la tarde un poco más pronto que otros días. Un asunto
de la empresa complicado que se me resistía, lo había resuelto de un modo redondo.
Tenía hambre y pensé en la buena cena que me iba a preparar. Por la calle los
viandantes, que iban a sus asuntos. De pronto, al pasar muy cerca de la esquina
de un callejón, dos individuos por detrás me empujaron y me introdujeron en él.
Luego, un fuerte golpe en el estómago me tumbó en el suelo. Siguieron patadas
contra mi cabeza, puntapiés contra mis genitales, puñetazos contra mis riñones.
Me desvanecí. Cuando me desperté me vi casi desnudo, sólo con la ropa interior llena
de sangre. Mis agresores habían desaparecido. Casi no podía ver por la sangre
que desde mi frente bajaba hasta los mismos ojos.
A
la mañana siguiente, cuando me desperté, me encontré con ropa limpia encima de una
silla y en la cocina, en una bandeja, un pequeño desayuno. Al poco tiempo
regresó mi bienhechor, y me dijo que nos íbamos al hospital para que me hicieran
un reconocimiento. Por el camino me preguntó quién era y qué había pasado y si
me encontraba ya bien para entrar yo solo en el hospital. Afónico, le dije que
sí y le di las gracias. Me dejó en la puerta de urgencias y desapareció. Nunca
lo he vuelto a ver más.
"Vete y haz tú lo mismo"
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