Con motivo de la llamada “Fiesta del Cine”, parece ser que los espectadores se ha multiplicado en toda España, lo cual rectifica a las opiniones del ministro Montoro, que parece ser que dijo que al cine no se va por su mala calidad -la del cine español, se entiende- y quizá tenga algo de razón: yo siempre digo que el mejor cine español, el de calidad, es el que no llega a estrenarse, por motivos de los intereses económicos de los distribuidores y exhibidores.
¡Cuanto me alegra que vaya mucha gente al
cine! Ni Internet, ni las pantallas gigantes en nuestros hogares, pueden
ofrecer el deleite de ver una película en la gran pantalla de una sala de cine.
Siempre hay en la cartelera de cine una buena
película para ver. Parece ser que es el precio de las entradas es uno de los
motivos que disuaden a los espectadores. Pues ya saben lo que tienen que hacer
en el mundo del cine: bajar el IVA a una tarifa razonable (esto es cosa del
gobierno), que los actores no exijan un caché tan alto. Que los distribuidores
que, a fin de cuentas son intermediarios, no corten tanta tajada del pastel. Y
que los exhibidores no intenten matar la gallina de los huevos de oro, poniendo
entonces las entradas a unos precios asequibles. ¿O no es ésta la solución?
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