Lampedusa
Hasta hace muy
poco yo no sabía nada más de este nombre, que lo del del Príncipe de Lampedusa, el autor de la novela El Gatopardo, que después fue filmada en una bellísima
película de Visconti. En Italia, Lampedusa y por extensión el gatopardo, es símbolo
de cinismo, porque en la novela se expresaba el deseo de las clases altas en Palermo de
permitir los cambios sociales para que todo siguiera igual para la
aristocracia.
Pero ahora sé
también que Lampedusa es un lugar geográfico, la isla-símbolo de la muerte de
miles desdichados, y también el exponente del gran cinismo de Europa. A sus
playas, encallan, como peces muertos, miles de hombres, mujeres y niños que
buscan escapar de la miseria de sus países africanos y poder llevar a sus bocas
algo que comer, aunque sean las migajas que caen de la mesa dónde Europa
banquetea.
Aquí, mucha
indignación cuando ocurren tales desgracias: hoy han aparecido cincuenta ahogados
(después de los últimos trescientos cincuenta) en el último barco siniestrado-pero
ningún país europeo, ni los más poderosos de la comunidad ni los más pobres hacen
absolutamente nada, todos miran para otro lado..
¿Que en la
Comunidad Europea no hay ningún buen samaritano -sea país pobre o país rico-,
que se acerque a estos moribundos?
¡Todos somos
Lampedusa!
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