A mí me
causa estupor y desasosiego los furibundas voces y auténticos berridos que los
locutores deportivos en la radio utilizan para marcar los momentos de enorme
tensión, cuando algún futbolista marca un gol. No hay cosa igual y no logro
acostumbrarme. En muchísimas tardes y muy especialmente las del domingo, no se
puede escuchar la radio; todo son eventos futboleros, con sus gritos
estentóreos de los locutores, que más parecen ciervos berreando de celo y
convocando a sus hembras, que personas que deben transmitir además de emociones
deportivas, un mínimo de inteligencia. (¿O es que no hay vida inteligente en el
planeta del futbol?).
Hace unos
años esto no ocurría con los locutores de radio: se emocionaban y exaltaban con
medido entusiasmo y transmitían muy bien la exaltación que
sentían aquellos que seguían el partido y se sentían vencedores. No acudían a
esa forma tan embrutecedora de locución. Pero aquello que eran otros tiempos, y
lo que ahora parece natural, pues, hay que decirlo, no lo es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario