Llevo ya bastantes
años dirigiendo las sesiones de cine fórum en una asociación cultural dirigida
a la gente mayor y auspiciada por la Universidad. En su programa de
actividades, durante todos los cursos, una jornada se dedica a una conferencia
o charla dada por alguna autoridad académica y que versa sobre valores,
asuntos, preocupaciones y situaciones que preocupan a la tercera edad. Quince
días después se organiza una jornada de cine fórum, con una película que complementa
e “ilustra” lo que antes se ha expuesto. es presentada y después es comentada en
coloquio.
Me encargo yo de
hacer la programación de todo el curso, eligiendo de calidad artística, que se
sigan con interés y que luego dé pie a realizar un buen coloquio. También asumo
hacer la presentación y la moderación del
coloquio-fórum de los filmes.
Antes de ayer comenzó
el curso con la proyección de la película “La historia de Marie Heurtin”, un
estupendo filme francés que cuenta cómo una monja consigue sacar de su
claustrofóbico silencio a una niña sordomuda y ciega. Es un filme precioso, que narra el proceso de
humanización de una persona condenada a la ciega animalidad. El filme tiene sus
momentos duros, pero la luz de la esperanza, la reivindicación de la trascendencia,
el heroísmo de sus personajes, se dirigen directamente a los corazones de los
espectadores que los llenan de optimismo y gozo. Basada en un hecho real
ocurrido en Francia a principios del siglo XX, cuenta la historia de la maestra
religiosa y la alumna discapacitada, tal y como ocurrió.
Pero he aquí que
esta tarde en el coloquio posterior tuve que padecer una especie de “motín” del
público. Algunas señoras se han manifestado muy molestas porque lo que han
visto les ha conmocionado demasiado por haber vivido en su vida experiencias
parecidas. Otras afirmaban que no quieren que se programen películas donde se
tengan que verter lágrimas. He de decir que
la película, con algo de suave melodrama, era verdaderamente blanda y, por su mensaje, más que optimista…
Así que me aparece
el tema recurrente de la gente que va al cine sólo para divertirse y
entretenerse. Yo lo entiendo perfectamente; pero eso se puede y debe hacer
viendo una película banal o tontorrona en los cines comerciales, o en el salón
de la casa en una emisión de la televisión o que uno se la alquile en DVD.
Así que yo no estoy
dispuesto a emplear ese largo tiempo que es hacer un cine fórum para presentar
y comentar películas banales y olvidables que no dicen nada. Estoy pensando en
dejármelo.
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