Hoy, 8 de septiembre es la Virgen de Consolación, patrona de Utrera, que es la ciudad donde yo nací. Hoy es por tanto el día de mi patrona. Aunque ande durante muchos años lejos de allí, yo siempre la recuerdo con cariño, devoción y nostalgia. (¡Uno de mis recuerdos, que de niño me llenaba de pavor, era un cocodrilo disecado y gigantesco que colgaba del techo del atrio del santuario y que decían que había salido del pozo de la ermita!)
La Virgen de Consolación, allá en su santuario cuyo interior parece un palacio árabe, ha tenido durante muchos años una gran raigambre de devoción en la Andalucía Baja. Las peregrinaciones para venerar su imagen eran muy numerosas (parecidas en comparación a y porcentaje a las del Rocío). El pueblo de Utrera la venera en multitud, que este año, no se puede producir a causa del coronavirus. A mí la Virgen de Consolación y su feria me recuerda lógicamente a mi infancia y juventud. Recuerdo que en una de las casetas de la feria tuve la oportunidad y suerte de escuchar en directo y casi en exclusiva, el tremendo cante por soleá de Fernanda de Utrera
¡La Virgen de Consolación de Utrera en la casita dorada de su retablo parece que te está esperando: el Niño Jesús en una mano y en la otra, una barquita de plata!
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