miércoles, 13 de enero de 2021

LA DULCE FILOMENA


Hay algunos frotándose las manos, no por el frío de la ola de ídem que nos invade, sino de satisfacción por el tratamiento que los medios de comunicación han dado a estas nieves desmesuradas y estos hielos congelantes. Por unos cuantos días numerosos las televisiones «han distraido» al personal de los muchos y graves problemas que el país sufre y que en el mundo también ocurren.


Las imágenes que se nos mostraban en las pantallas de televisión eran repetitivas (un locutor o una locutora, la mayoría de ellos becarios, abrigados de arriba abajo, como si llevaran burka) y muy coincidentes sobre todo las de Madrid (parecía que sólo había nevado allí) y que se nos mostraban a modo de bucle. Los locutores de la meteorología daban una vez y otra el tiempo y explicaban los mapas con la satisfacción que da el haber acertado esta vez en sus pronósticos.

Quedaban muchas veces en su segundo plano el grave asunto de la pandemia que parece enloquecida y furiosa, el asalto al Capitolio que aunque lejos de nosotros es un hecho histórico que va a tener consecuencias universales, la gente que no cobra los Ertes, la vacuna tan urgente y que no llega, la subida de la luz y los hosteleros reivindicando derechos a costa de ls riesgos…


Y así la pésima gobernanza que nuestros políticos están dando, parece haberse emblanquecido por la nieve o congelado por el rigor de los hielos en las noticias de los informativos. Los políticos o desaparecidos, o cambiando de criterio cada dos hora o la greña con sus opositores… ¡Qué bien, cómo se frotan las manos!


«El aspirar del aire, / el canto de la dulce filomena, / el soto y su donaire / en la noche serena, / con llama que consume y no da pena», escribió San Juan de la Cruz, refiriéndose al ruiseñor. También para algunos esta borrasca Filomena ha sido un dulce ruiseñor…


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