jueves, 21 de enero de 2021

POR LAS BARBAS DEL PROFETA (I)

 


Un decepcionante libro de Mendoza: “Las barbas del profeta”.

Las barbas del profeta “ su último y breve libro, parece escrito con desgana, como engendrado imprevistamente como un hijo de la vejez. Quizá ya la alta edad a la que ha llegado le ha incitado a rememorar las impresiones, emociones y recuerdos de la Historia Sagrada que aprendió cuando era niño en aquellas precarias y tristes escuelas de la posguerra que yo también conocí (me llevo sólo tres años con el escritor de Barcelona). Me recuerda también aquel verso de Antonio Machado recordando su infancia en la escuela con una lámina en la pared de Caín matando a Abel.

Seguramente y tal vez debido a la edad, Eduardo Mendoza en los últimos libros que va escribiendo parece perder fuelle. Aunque sigue con su formidable y fresco estilo narrativo -es un narrador tan potente como Cervantes- la lectura de sus últimos escritos decepciona bastante: su humor que casi parecía inocente y agudo, y su espíritu crítico, casi han desaparecido.

 

Eduardo Mendoza afirma haberle influido enormemente en su trayecto literario, aquellos  pasajes de la Historia Sagrada tal y como se enseñaban (y se siguen enseñando en muchos colegios píos, ay)  y que ahora no soportan una lectura mínimamente rigurosa  y más cuando la exégesis bíblica actual ha entrado a saco en ellas. De todos modos, siguen siendo muchas de ellas y literariamente hablando, una pura maravilla. Leerlas hoy con mentalidad ya muy adulta, o de vuelta de todo, tiene sus riesgos y es que pierden ciertamente la ingenuidad poética de la edad infantil en las que se leía.

 

Ya el título “Las barbas del profeta“ me parece un equívoco, puesto que la expresión “por las barbas del profeta” hace referencia no a la historia sagrada cristiana sino que es una expresión propia de la religión musulmana. Las barbas son las de Mahoma, no las de Isaías… Espero que los musulmanes no lo tomen a mal.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario