Perdón contenido del atardecer. (En el valle de Pineta)
La tarde en la cumbre de la montaña,
se incendia de azules y oro; y la luz
se enreda en el laberinto del bosque,
y revoltosa al escondite juega,
y con querencias de
abetos y pinos,
se diluye en la
hondura del valle
donde la sombra
amenaza y acecha.
Piensas entonces en tus días vanos,
sientes tu vida perdida y vacía
y tu alma es un
difuso fantasma.
Mirando entonces la
tarde que muere
adviertes su
agónica hermosura,
la pureza que la noche
promete.
Sombra y luz
quedarse contigo quieren
transformados en
la dicha perfecta:
en el azul y el oro
que siempre fueron
y que ahora acoge tu pecho ansioso.
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