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ESTOY CONTEMPLANDO la vida desde un cama. Una cruel y larga enfermedad me obliga a ello. Es un punto de vista diferente que te hace cambiar esas actitudes y opiniones que creías poseer con toda seguridad. Ahora ya no puedes juzgar con la misma facilidad o frivolidad a los que te rodean. Te sientes una persona sola, contingente, que depende de los demás y con miedo para mirar tu futuro más próximo. Por fuerza, confías en la segura ayuda de enfermeros y médicos y éstos se transforman en los únicos dioses que te pueden salvar.
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