En el hospital Moliner en Porta Celi, donde ahora habito, hay en el cuarto piso ,una bella capilla que recuerda la larga estancia de las religiosas en él.Al principio, el doctor Moliner era servido por unas monjas- enfermeras, como en tantos hospitales.
Ahora se han ido las monjas y son enfermeras laicas lógicamente quienes lo atienden, pero se conserva casi como un recuerdo de que estuvieron aquí este muy hermoso oratorio. Posee un altar a tres caras presidido por la imagen de la Virgen de los Desamparados, del Sagrado Corazón de Jesús, y la imagen de la virgen del Pilar. También tiene en la parte alta una tribuna con una balaustrada desde donde escuchaban la Misa las religiosas Los sábados de todas las semanas se celebra la eucaristía y otro día una celebración de la Palabra. La capilla está servida por dos capellanes que viven fuera del sanatorio. El sábado pasado los sacerdotes no pudieron venir por una causa más que razonable. Me pidieron que yo me encargara de la celebración del sábado, Era la primera eucaristía que yo celebraba desde que caí yo enfermo, o sea, desde noviembre. Al hacerlo, me emocioné mucho.
Pero antes de ayer ante la ausencia de estos capellanes, me requirieron para que administrara el sacramento de la Unción de los Enfermos a un paciente que estaba apunto de fallecer. Pese a lo triste que pueda parecer, -acudir a darle la Extremaunción a un moribundo- fue para mí un satisfacción, Creo que él pobre agonizante ayer murió.
Mira por donde, y sin quererlo ni pensarlo, me voy a convertir en el capellán del hospital.Es algo que en este momento a mí no me desagrada: servir a los otros.
Hospital Dr. Moliner, 28/07/23
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