Seis bebés arrebatados por el mar

Esta mañana del Día de la Constitución, me desayuno tristemente con la noticia de que  las bravísimas olas han arrebatado de los fuertes brazos de sus madres, a seis bebés, en una balsa neumática que transportaba a más de cincuenta y cinco personas inmigrantes frente el Cabo de Gata en Almeria. También ha caído al mar más de la mitad de la embarcación entre los que iban muchas mujeres embarazadas.

Las palabras del Papa Francisco son tristemente ciertas: “Hemos convertido el Mediterráneo en un cementerio”. Ese Mediterráneo que estaba “en medio de la Tierra”, de donde emergieron las grandes civilizaciones, donde se descubrió la democracia y surgió la fe cristiana, y nacieron los ideales de la igualdad, libertad y fraternidad…

¡Basta ya! Las mafias sostenidas por los países de  procedencia, consentidas por los países ribereños, los muros, alambradas  y vallas disuasorias, el hacinamiento y desprecio hacia los inmigrantes no es efecto de sólo unos cuantos desalmados, sino producto de esta Europa del bienestar que no quiere compartir ni desprenderse de sus privilegios.

¿Hasta cuando? Siempre la misma suerte para los pobres. Algún día cambiarán las tornas. ¡Europa opulenta y soberbia, reacciona!