domingo, 11 de febrero de 2018

LA BUENA NOTICIA DE MI DOMINGO: SOY UN LEPROSO.


Límpiame, Señor,
esta lepra
que se me pega

a la piel, a la entraña,
a la memoria.

Sana la herida del odio
que vuelve enemigo al hermano.
Vacía las sacas de codicia
que me encadenan a un cofre
de espejismos.
Cúrame del miedo
a tu evangelio,
cuando es profecía,
conflicto o exigencia.
Restaura los puentes caídos
que me aíslan
del hijo pródigo,
del samaritano golpeado,
del huérfano o de la viuda,
del fariseo ciego.
Libérame del ruido
que llena mis días
de promesas postizas.
Toca estas llagas
que solo tú ves,
Señor.

Abraza
las noches oscuras
del alma, y enciende
con tu fuego,
los parajes helados de dentro.

Si quieres, puedes.


(José Mª R. Olaizola, sj)

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