En el texto original en griego del Evangelio de San Marcos, la palabra"Transfiguración" se escribe como"Metamórfosis. Aunque la palabra Transfiguración ha pasado a ser el término para denominar aquello que le ocurrió a Jesús en el monte Tabor, no está mal que recordemos este original término "Metamórfosis"que nos recuerda el proceso de transformación que algunos insectos realizan en su proceso vital: pasar de oruga a pupa y después en convertirse en una bella mariposa.
En el devenir de los últimos siglos de nuestra historia, la reflexión sobre el hombre ha sido casi lo contrario: el pesimismo sobre lo que es el ser humano y lo que puede hacer, hoy día es casi total, es regresivo. Mirando el siglo pasado quizá no haya habido otro siglo donde el hombre haya sido más inhumano. En el relato"La metamórfosis" de Franz Kafka, uno de los hombres más visionarios y pesimistas sobre la esencia del ser humano, imaginaba como un anónimo hombre, Gregorio Samsa, se despertaba en la cama convertido en un insecto, en una especie de cucaracha. Así imaginaba y vaticinaba lo que podía o iba ser el futuro del hombre.
Pero el Evangelio de hoy, esa Buena Noticia, quiere hablarnos de Jesús de Nazareth, el hombre, que se metamofosea en Dios, se transfigura. (Hoy podríamos traducir también: se configura). Levanta a lo más alto de su condición al mismo ser humano. De ser un insecto, como escribía Kafka, a ser un Píos, dice el Evangelio. ¡Mi futuro es maravilloso porque se abre hacia la condición de ser casi divino, a ser Hijo de Dios! Esta es mi Buena Noticia de este domingo: mirar el futuro con alegría, con ilusión, con optimismo.
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