El Papa Fracisco ha
hecho unas recentísimas declaraciones en las que afirma que "es lícito
frenar a aquellos que agreden injustamente un país. Pero frenarlos, no
significa bombardearlos o llegar a hacer
la guerra, sino que la comunidad internacional debe evaluar cómo frenar al
agresor, nunca dejándolo en mano de un único país".
Algunos se
preguntarán cómo hacer ese freno a los violentos, si no es acudiendo a ese
poder omnímodo que ellos tienen. El Papa señala la respuesta: es el camino
primero el de la de la justicia que conduciría a la verdadera distribución de
la riqueza, a la renuncia a los monopolios y al acaparamiento del capital, al abandono de la explotación económica y a eso
se puede llegar a través de diplomacia y al diálogo político y el replanteamiento
de los valores y normas verdaderamente humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario