Pero ella muy especialmente, durante muchos
años, ha sido ministra extraordinaria de la Eucaristía y todas las semanas ha
distribuido todas las semanas la Sagrada Comunión en las misas parroquiales. Un
servicio magnífico y que tiene una relevante importancia.
Su afabilidad, su corazón pacífico y su
sentido del humor los vamos a echar en falta. Le pido a Dios que viva muchos
años allá en su nuevo destino, que sobrelleve con esa paciencia que tenía y ese
buen humor los achaques propios de la edad avanzada que ya tiene. Si alguna vez
voy a León, cosa probable, me llevaré una gran alegría volver a verla
Gracias, Esperanza, por tu servicio a la
parroquia, por tu ayuda en la liturgia, y sobre todo por tu amistad y
disponibilidad. Ad multos annos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario