La casualidad ha hecho que estos días que estoy leyendo la novela de Antonio Lucas “Buena mar” haya ocurrido el terrible naufragio en el caladero de Terranovaun de un barco de pescadores con sede en Marín (Galicia). El periodista Antonio Lucas vive la experiencia de vivir junto con los pescadores en un barco de pesca saliendo desde un puerto de Irlanda hasta la zona de pesca del Gran Sol.
La novela es más el relato de un reportaje que el de una historia de ficción. Cuenta entonces, la vida tan dura y peligrosa que corren los marineros y a la vez expone una profunda reflexión de ese otro viaje interior que hace el protagonista a lo más íntimo de su vida, a sus retos y problemas personales.
Ahora ha ocurrido una vez más la plasmación en tragedia de todos esos riesgos que corren los pescadores en lo más recóndito del océano para que tengamos nosotros en el plato el filete de merluza en la mesa y a punto.
Ocurrió hace unos días, los medios hablaron de ello un día ó dos, y ya parece todo olvidado. Triste realidad, tristes medios, triste sociedad.
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