![]() |
Hace un siglo la iglesia dels Ángels era así |
¡Feliz año Nuevo, Iglesia mía!
Te deseo lo mejor, querida iglesia, que es también deseármelo
a mí, ¡pues yo soy Iglesia!
Te deseo lo mejor, y lo mejor, querida Iglesia, es que sepas
construir ese reino que Jesús, el carpintero de Nazaret, quería construir. Que
la imagen de tu empresa no sea el templo
de San Pedro ni los Palacios Vaticanos, sino la humilde estancia y el taller de
un carpintero, porque este año no debería ser el año de la cátedra, del
magisterio, sino el de la sencillez del discípulo que aprende, del humano que
pregunta y ¡hasta se equivoca!
Te deseo lo mejor, amada Iglesia, de la que yo soy una parte,
en este año nuevo que empieza su camino: que este sea un camino dónde seas creíble:
no el camino del discurso condenatorio y el de las taimadas peroratas, sino el de la verdadera
comunicación, el de la conexión real con la vida y con las personas, el del perdón,
el de la misericordia, el de la comprensión.
Te deseo Iglesia mía, en este año que, rodeados de nubarrones,
presagia lo peor, que tú lo ilumines con la voz del evangelio de Jesús, que nos
des la mano de la confianza y el coraje para salir nosotros los primeros al tiempo
de la primavera, de la luz y de la alegría y que tu largo pasado, lleno de
pecados y también de méritos, no sea un lastre para tú ponerte en la vanguardia
de la humanidad.
Feliz, venturoso, próspero, prometedor y abundoso año nuevo, a todos los hombres/mujeres de buena voluntad,
pues todos somos Iglesia!
No hay comentarios:
Publicar un comentario