Hoy hace ya 10 años (¡rediez!) tomaba posesión, como Cura, de
la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles. Ahora vengo de celebrar la eucaristía
(precisamente, en sábado y a la misma
hora) y le he dado gracias a Dios. ¡Cómo pasa el tiempo!. Venía de una
parroquia muy pequeñita del barrio de Marchalenes, que pastoralmente yo
construí, y de la que guardo recuerdos entrañables e iba a una parroquia de
complejas estructuras, largas tradiciones y variopintas actividades.
Han pasado ya diez años y además de jubilarme de la enseñanza que, al final era
un gran peso, creo que en muchas cosas he sabido acertar. En otras, seguramente,
no. Pero ni me crezco por ello ni me culpabilizo: así son las cosas.
He hecho muchos amigos y también me he ganado algunos
enemigos: todo como la vida misma de cualquier persona. Desde aquí agradezco la
amistad y la ayuda de tanta y tanta gente.
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