Observad cómo hasta a los monseñores se les ha pegado tambien la sonrisa.
No acaban de dejar de sorprenderme las
cosas que hace y dice el Papa Francisco.
Aunque parezcan increíbles y
sorprendentes, lo que dice y hace este nuevo papa -¡bendito regalo del espíritu
Santo a su iglesia de hoy! -es de lo más coherente, del mayor sentido común
dentro del espíritu del Evangelio.
Ahora pide que los conventos y edificios
eclesiásticos que estén vacíos se abran y pongan al servicio de los más
desfavorecidos, es decir, refugiados e inmigrantes y no a turistas.
"Queridísimo religiosos y religiosas
-dijo ayer-: ¿Para que sirve a la iglesia los conventos cerrados? Los
conventos vacíos no sirven a la iglesia para transformarlos en hoteles y ganar
dinero. Los conventos vacíos no son nuestros, son para la carne de Cristo, que
son los refugiados"
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