En el primer ángelus de septiembre, Francisco
lanzó
un dramático llamamiento a la paz en Siria:
"Nunca más la guerra" y convocó a católicos, cristianos,
fieles de todas las religiones y personas de
buena voluntad a una Jornada de ayuno y
oración
"por la paz en Siria" el próximo día
7 de septiembre.
"Quiero hacerme intérprete del grito que
sale de
todas las partes de la tierra, del corazón de
todos,
con angustia creciente: el grito de la paz… Es
el
grito que dice con fuerza: Queremos un mundo
de
paz, queremos que en nuestra sociedad llena de
conflictos reine la paz… Nunca más la
guerra… La
paz es un don demasiado precioso, que debe ser
promovido y tutelado”.
"Vivo con sufrimiento las situaciones de
conflicto,
pero estos días mi corazón está profundamente
herido por lo que está sucediendo en Siria…Lanzo
un fuerte llamamiento por la paz… Un llamamiento
que nace de lo íntimo de mí mismo".
"¡Cuántos niños no podrán ver la luz del
futuro!...
Con especial firmeza condeno el uso de las
armas
químicas… Llevo en la mente las terribles
imágenes
de los días pasados".
"Guerra llama a guerra,
violencia llama a violencia…
Con toda mi fuerza, pido a las partes en
conflicto
que escuchen la voz de su propia conciencia y
no se encierren en sus propios intereses...
Exhorto
a la comunidad internacional para que promueva
iniciativas claras para la paz en aquella
nación basadas
en el diálogo... Repito en voz alta: No a la
cultura del desencuentro y del conflicto, sí a
la del
encuentro y del diálogo. Éste es el único
camino
para la paz… Depongan las armas y
déjense guiar
por los deseos de paz."
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