Seguramente muchas de las parejas
que acudieron el sábado y domingo para hacer el llamado “Cursillo de preparación
al Matrimonio” que es de obligado cumplimiento para acceder al Sacramento del Matrimonio,
vendrían pensando en el marrón que se les iba a meter: aguantar por obligación a
curas sermoneando y "beatos" predicando.
Se encuentran con todo lo contrario
según cuentan después: ameno, bien preparado…Y así los novios acabaron el cursillo encantados,
con el corazón esponjado por la reflexión que han hecho, ayudados por
sacerdotes y laicos, sobre el maravilloso proyecto de vida en común que Dios
comparte con ellos al recibir el sacramento del matrimonio.
Eran dieciséis parejas.
Contrastando con algunos años atrás, no se veía ninguna pareja muy juvenil,
sino que eran novios ya talluditos y con algo de experiencia de vida en pareja.
¡Cómo transforma la crisis el estado de las cosas!
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