Aunque ya los medios de comunicación parecen haberse cansado del Papa y han dejado de publicar muchas insólitas noticias de él, este Papa no deja de sorprendernos con su coherencia con el Evangelio de Jesucristo.
La semana pasada
convocó en el Vaticano
una reunión muy peculiar para tratar el tema de la pobreza en el mundo. Un
Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el que participan organizaciones
de excluidos y marginados de los cinco continentes, y de todos orígenes
étnicos y
religiosos: campesinos sin tierras, trabajadores informales urbanos,
recicladores, cartoneros, pueblos originarios en lucha, mujeres reclamando
derechos, etc... En suma, una Asamblea mundial de los pobres de la Tierra. Pero
de los pobres en lucha, no resignados. Es la primera vez que se hace una reunión
de este tipo convocada por un Papa.
Éste ha declarado que quiere "escuchar la voz
de los pobres" porque "los pobres no se conforman con padecer la
injusticia sino que luchan contra ella" y que él (el Papa) "los quiere
acompañar en esa lucha". También ha dicho Francisco que
"los pobres ya no esperan de brazos cruzados por soluciones que nunca
llegan; ahora los pobres quieren ser protagonistas para encontrar ellos mismos
una solución a sus problemas" pues "los pobres no son
seres resignados, sino protestan" y su protesta « molesta ». Ha dicho que espera que
"el viento de la protesta se convierta en vendaval de la esperanza".
Asimismo ha afirmado el Papa: "La solidaridad es una forma de hacer
historia". Y por eso se une al clamor de los pobres que reclaman
"tierra, techo y trabajo", Y ha añadido: "Cuando pido para los
necesitados tierra, techo y trabajo, algunos me acusan de que 'el papa es
comunista'! No entienden que la solidaridad con los pobres es la base misma de
los Evangelios."
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