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Basílica de S. Pablo Extramuros |
Es muy tarde y tengo ya mucho sueño. Pero no quiero que pase el día
en que he recordado con tantos cristianos del mundo entero que, hoy, hace cincuenta
años, a un bendito Papa, Juan XXIII, mas bueno que el pan, se le ocurrió y anunció
la idea sagaz, atrevida y valiente de convocar un Concilio para provocar que la
Iglesia (que estaba en la tradición más atávica) se pusiese al día. Feliz idea,
y el Espíritu Santo en aquel momento revolotearía de gozo sobre la cabeza de
aquel Papa bueno obeso, y de feliz sonrisa. Fue en la Basílica de San Pablo Extramuros el día de la Conversión del ídem.
Cuántas cosas han ocurrido desde entonces en la Iglesia, y el saldo,
pese a pesimistas y agoreros, ¡qué positivo ha sido! Pero queremos más, que adelantemos
y hagamos realidad en nuestra Iglesia lo que algunos cristianos conservadores a
ultranza han querido retardar.
Yo estoy muy orgulloso de ser uno de los muchos sacerdotes, hijos
del Concilio Vaticano II. Lo que tengo de positivo, muchas de mis actitudes y cualidades se las debo a ese mismo Espíritu que se expresó a través del Vaticano II.
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