
ME RODEA COMPLETAMENTE, la oscuridad. Tú eres
mi único escudo. Tu nombre es mi única luz. Qué amor tengo, tu ley es la
fuente, este amor muerto que sólo recuerda su nombre, aunque el nombre sea
suficiente para abrirse como una boca, para pedir el rocío, y beber. Oh nombre
muerto que a través de tu misericordia habla
al nombre vivo, misericordia que escucha
a la voluntad doblegada ante ella, la voluntad cuya fuerza es su
compromiso contigo — Oh nombre del amor, que
tu bendición del fin descienda sobre el hombre al que partiste en dos
para conocerte.
Leonard Cohen: “LIBRO
DE LA MISERICORDIA” ed. Visor libros
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