Dicen que los comentarios del Papa Francisco
sobre la pobreza disgustan a los grandes capitalistas y que sus denuncias hacia
las empresas capitalistas y las multinacionales, que con avaricia acumulan
riqueza, empobreciendo cada vez más a los más necesitados, sientan como un tiro
a los que tienen grades intereses económicos.
A Montoro, el ministro nuestro de voz nasal y orejas como
de elfo, también le molestan muchísimo los informes que de vez en cuando da Cáritas
sobre la situación real y social de nuestro país. Cáritas los está haciendo
desde hace mucho tiempo y el dictamen no puede ser más triste y también
terrible: cada vez hay más pobres y ésos son más pobres y los ricos son menos y
más ricos. La riqueza se reparte tan desigual mente que está provocando una
gran separación, un abismo entre pobres y ricos en nuestro país y eso, pensando
en el futuro, es aterrador.
Ahora ha hablado el
informe de la UNICEF. Y Nos dice que cada vez es mayor el número de niños que
viven en el ámbito de la pobreza es verdad: no hace falta moverse de la plaza
de mi barrio, para ver muchos niños cuya alimentación, asistencia y vestido es
más que deficiente.
Los de arriba dicen
que la crisis está dando señales de solución, que la mejoría económica ya está empezando.
Debe ser una percepción de ricos y magnates: ya pueden volver a climatizar sus
piscinas e iluminar los jardines de su mansión sin sentir vergüenza.
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