Hoy ha sido enterrado D. Salvador Artés en Gandía, de donde era oriundo. Muchos curas
lo conocíamos y lo queríamos, puesto que fue director
espiritual del Seminario de Valencia durante muchos años. Con sus sabias indicaciones llenas de experiencia guió espiritualmente a muchos
seminaristas cuando andaban ya cursando los ultimos años, y, entre ellos, yo. Sus consejos siempre me aportaron una gran paz
interior. Gratamente recuerdo que él,- frente a empingorotados y severísimos formadores- a los seminaristas, nos trataba como amigos
y nos dirigía espiritualmente con sabias palabras
que, sobre todo, sonaban a cosas naturales, dictadas por un puro sentido común (y espiritual).
Nos invitaba a tomar café en su habitación y allí hablábamos de lo humano y lo divino. Su habitación era como un oasis para nosotros en
un tiempo que la desmesura de la disciplina interior del seminario era reflejo
de la dictadura exterior del final de la década del 60.
Cuando acabó su oficio en el seminario, fue después Párroco durante muchos años de la parroquia del Perpétuo Socorro.
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