miércoles, 16 de julio de 2014

Siete días en Suiza




He disfrutado de unas breves vacaciones en Suiza. Me han servido de relax, aunque no por ello, físicamente, haya descansado. Ya se sabe: en los viajes donde hay que ver muchas cosas, se anda, anda y anda… Al final de la jornada acabas reventado pero contento por lo que has visto.

Y he visto un país que responde al tópico: muy limpio, muy ordenado, muy tranquilo y… muy próspero. Edificios y monumentos históricos muy bien restaurados (apenas hemos visto andamios protectores o que soportan su ruina), edificios muy modernos de cristal y aluminio, jardines esmeradadmente cuidados (ni un papel, ni una caca de perro en el suelo), la gente elegantemente vestida, muchas flores, muchos prados verdes y resplandecientes y muchos ríos y lagos de claras aguas. Aunque la lluvia nos puso a remojo más de una vez, los paraguas e impermeables nos permitieron hacer las visitas pertinentes.


Los precios por las nubes, y eso que éstas abundaban en el cielo. Los Alpes Suizos espectaculares. El chocolate suizo, delicioso. Todo muy bonito, pero yo echaba de menos en algún momento, mi casa, mi barrio y sus alrededores.

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