miércoles, 7 de abril de 2021

UN CURITA JOVEN LEE A HANS KÜNG

 


Para muchos de los que quizá esto lean, Hans Küng tal vez sea un nombre que nada les diga. sin embargo, para mí, como para muchos sacerdotes de mi generación, es alguien muy importante: en cierto modo ha sido el maestro y tutor teológico de todo lo curas que allá alrededor de la década de los años setenta salíamos del seminario. Yo recuerdo que la teología que nos explicaban allí cojeaba lamentablemente. Aun cuando hubo algunos profesores que estaban al día -habían estudiado en Alemania, en Lovaina- el resto explicaban siguiendo gruesos manuales tomistas con una teología fosilizada. 

Así que al salir del seminario, en los primeros años yo me dediqué en cierto modo a remozar mis estudios teológicos con los escritos que iban llegando al socaire de los vientos del Vaticano II recién finalizado. Las publicaciones de los grandes teólogos que influyeron en el prodigioso concilio por fin nos llegaban. (Me pregunto ahora: ¿qué leen ahora los nuevos curas de hoy?). Yo era por el año 1971 un inquieto curita joven y en medio de febriles actividades pastorales, yo me empapaba de la nueva teología: Schmaus, Rahner, Danielou, Congar, Häring, Chenu,  Sauras, el joven Ratzinger y... Hans Küng. Algunos de ellos después, en la era del tandem Juan Pablo II/Ratzinger fueron perseguidos y entre ellos, Hans Küng, el teólogo suizo, que pronto fue considerado “el garbanzo negro” de la teología, al que se le expulsó de su catedra con arteras técnicas dignas de la vieja inquisición. Era el teólogo díscolo al que el Papa polaco se la tenía jurada.  En verdad, un teólogo díscolo no tiene razón de ser, pues si hay algo esencial en la teología es la obediencia. Ya se sabe, si te sales del redil… ¡palo y tente tieso!

Yo leía, pues, con verdadero interés y placer los libros de Küng que eran verdaderos tochos pero escritos con notable pericia y amenidad. Su tratado sobre la Iglesia, que influyó tanto en el documento sobre ésta redactado por el Concilio, Ser cristiano, ¡Infalible?, una pregunta, Proyecto de una ética mundial, ¿Existe Dios?, … Me acuerdo que me leí este último en el transcurso de una semana corta que estuve en un hospital restableciéndome de una intervención quirúrgica… Hay que decir también que muchísimos laicos cristianos se formaron, leyéndole: muchos de los que ahora no pueden aceptar esta Iglesia... pese al papa Francisco.

Aun cuando la evolución última de Hans Kung, con un enfrentamiento casi total a Roma (y especialmente, a Ratzinger-Papa) a mí no me gustó del todo, hoy rindo homenaje a este teólogo que se derivó al final hacia el ecumenismo y a la creación de una ética universal y al que yo personalmente le debo muchos de mis modos abiertos de entender la fe cristiana y a la Iglesia.

Ayer murió a los 93 años y hoy rezo por su alma. Gracias, maestro.  Descansa en paz.

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