Ha fallecido don José Sambartolomé Boira. No sé ni siquiera qué edad tenía pues desde mis medianos años del seminario ya perdí el contacto con él. Fue formador mío, cuando yo estaba cursando cuarto o quinto de bachiller. Era un hombre muy agradable, además de sabio, de gran cultura, un buen psicólogo graduado en Lovaina. Yo le tenía un gran aprecio. Incluso una vez que tuve que ir fuera el tiempo del curso escolar a Moncada para arreglar un asunto, el me invitó a comer en su propia casa, con su familia, pues era de Alfara del Patriarca. Por aquel entonces yo estaba atravesando una grave crisis personal y recuerdo la paciencia con que me ayudó.
Unos años más tarde se secularizó. Me imagino que él se lo plantearía muy profundamente, puesto que había tenido la responsabilidad de alentar a muchos jóvenes para que fueran sacerdotes. Luego se casó. Tengo noticia de que fue muy feliz en su matrimonio. La vida es la vida y los caminos de Dios son totalmente sorprendentes.
Por aquel entonces hubo muchos sacerdotes (algunos fueron formadores, profesores del seminario) que abandonaron el estado clerical o “colgaron la sotana” como se dice vulgarmente. Sin duda fue algo bastante doloroso para ellos, por cuanto que el mismo ambiente clerical directa o indirectamente los tachaba de “infieles” o ”traidores” a su vocación. También hubo algunos sacerdotes que ocupaban cargos importantes en el gobierno de la diócesis. Aunque la versión oficial con mala voluntad opinaba que la causa era “un asunto de faldas”, la verdad es que todo era muy complejo: fueron sacerdotes que entregaron con alegría muchas de sus vidas y apostaron muy fuerte por la renovación de la Iglesia que presentaba el Concilio Vaticano II. Pronto se dieron cuenta que el camino ilusionante del Concilio estaba siendo dificultado cada vez más, porque la reacción conservadora de la Iglesia iba poniendo muchas piedras en él, y como después ocurrió, se intentó olvidar lo que aquel gran Concilio propuso.
Fueron muchos y lo peor es que desde Roma se ponían muchas trabas para conseguir la reducción al estado laical. Muchos, hubieran deseado, pese a estar ya casados, retornar a un sacerdocio pastoral. Eso era imposible, y no se les estuvo en cuenta. Como es lógico no se lo permitieron. Algunos perdieron la fe, otros se sumieron en la indiferencia. Hubo quienes se agruparon en alguna asociación de excuras que todavía aún está funcionando!
Sé que José Sambartolomé en el pueblo donde vivía con su familia (en l´Ollería), siguió practicando su fe cristiana e incluso colaborando en todo lo que pudo ya como seglar en su parroquia. Ahora y aquí, mi agradecimiento para este hombre cuyo consejo, amistad y compañía tanto me ayudaron. Que descanse en la Paz de Dios.
Hola, José Luis. Hace un par de días encontré tu escrito sobre Sambartolome y tú relación con él. Ayer, mi mujer y yo estuvimos en l'Olleria visitando a Maribel, su viuda. Hemos tenido mucha relación con ellos desde hace años y los visitábamos junto a llorenç Gimeno y Manolo Molins. Le envié tu reflexión y se emocionó mucho leyéndola. Le gustaría contestarte pero no sabe cómo hacerlo. De parte de Maribel te transmito las gracias de su parte. Un saludo.
ResponderEliminarPaco Zafrilla