Esta tarde he ido a ver pues la última de que Guédigian y me ha llenado de satisfacción y de esperanza. Es como una luz que ilumina tantas situaciones oscuras y negativas que vivimos en la Europa de hoy. Una familia que se reúne alrededor del padre muy enfermo en la humilde casa familiar situada en una pequeña escala cerca de Marsella y que se ve sorprendida por la llegada de tres niños qué antes han embarcado en una patera. Sus principios progresistas, sus valores solidarios, su sentido de la dignidad humana plantean a los tres un reto de conciencia.
"La casa junto al mar" de Robert Guénigian ilumina esta historia, pese a ser propicia a la melancolíacon ella y la tristeza, con una luz que invita a esperanza, sobre todo por la llegada de los tres niños de la pantera que invita a acogerlos defenderlos, acudiendo incluso a la desobediencia civil y también a los intereses comerciales del capitalismo circundante representado en la especulación inmobiliaria que quiere hacerse con la pequeña casa familiar situada en la bonita cara.
Echar la mirada atrás como hace esta película no significa bañarse en la nostalgia bien la melancolía, sino más bien mirar hacia adelante, acudiendo a la llamada de la lucha por una mayor igualdad y solidaridad. En fin una película deliciosa, llena de valores y de autenticidad. Recomendable para espectadores que buscan además de entretenimiento sensibilidad para las causas sociales
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