"La Paz a vosotros"... sin paz en el interior, -fuera rabias, furor y odios- no puedo encontrar a Dios.
"Ved mis llagas"... El Cristo que triunfa y resucita es el que ha muerto, el Jesús de Nazareth que ha sido torturado y que representa a todas las vístimas del mundo. Mi Jesús no es una ilusión ni n fantasma.
"¿Tenéis algo de comer?" Cuando en la comida, en la mesa dela vida, comparto el Resucitado se ma aparece.
"Sed mis testigos"... esta buena noticia de mi domingo no es para mí sólo, he de compartirla con los demás.
La fe en Jesucristo resucitado no nace de manera automática y segura en nosotros. Comienza a despertarse de una manera débil, sencilla e imperceptible. Es como un deseo que crece en medio de dudas y preguntas: ¿será posible que esto que siendo tan grande e imposible sea verdadero?
Y creer en que Jesús ha resucitado no es sólo cuestión de un día. Como es un tiempo que dura toda tu vida. Por eso lo importante es la actitud de mi corazón: Confiar siempre en Jesús, situarlo en mi vida y con los otros formar una comunidad de creyentes en su presencia.
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