Imaginemos que estamos al final de este siglo: por ejemplo en el 2095 ( ¡qué largo me lo fiáis!) y que una revista católica (¿existirán en aquel entonces revistas?) lanza una encuesta a la que responden muchísimos de sus lectores con el fin de identificar sus preocupaciones prevalentes sobre su comportamiento cotidiano y moral. Pues resulta que sus las respuestas mayoritarias y primeras serían: «No hacer el amor fuera del matrimonio»,,»"No usar anticonceptivos" "No masturbarse», «No mantener relaciones íntimas con personas del mismo sexo» y más atrás aparecerían como secundarias, estas otras respuestas "Servir y consolar al próximo», ""Cuidar el planeta","Cantar la a creación en honor del Creador», "Reunirse con el pueblo de Dios", «Conocer a Jesús».
Aunque algunos teólogos, jerarcas de la iglesia, obispos, curas y proyectos laicos se empeñan en decir que las primeras respuestas son las mas importantes, ¿hay que recordar que las segundas pertenecen al corazón del Evangelio y es por tanto lo más que nos tiene que ocupar y preocupar? Así que si el futuro lejano todavía andamos de esa manera, como no vamos estar hoy así…
Se podrían escuchar ahora mismo muchos sermones, muchas cartas pastorales y prédicas en donde las cuestiones morales (familia, enseñanza, LGTB, sexo…) anteceden y difuminan a lo que es fundamental en la vida verdaderamente cristiana y en su comportamiento: la fe manifiesta en Jesús de Nazaret, el Cristo, que es ya de por sí el Evangelio.
Esta encuesta no es un invento mío, aparece en un relato-ficción de un libro francés, titulado «Diario del último cura rural». ¿Hasta cuándo va a preocupar más a los católicos las cuestiones de moral sexual y adláteres, que las cuestiones de la fidelidad al Evangelio de Jesus y a la alegría de ser hijos de Dios?
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