jueves, 18 de abril de 2019

SEMANA SANTA: LA ETERNIDAD Y UN DÍA



Cómo vivo yo la Semana Santa.

Cada uno es un mundo, cada cual vive situaciones diferentes, sus preferencias, sus obligaciones. sus ideas  y sus creencias; de modo que estos días de la llamada Semana Santa son vividos también de diferentes y distintos modos: a cada cual, lo suyo. Sin lugar a dudas estos días vacacionales se dedican a descansar, lo cual es una buena y muy digna ocupación.

Junto a ese descanso tan necesario dado el estrés de los trabajosas profesiones de hoy, algunos dedican un tiempo a cumplir con sus principios y prácticas religiosas. Lo hace de múltiples maneras. Unos con tan sólo el pensamiento, la meditación y la reflexión. Muy bien está. Otros, simplemente como meros espectadores contemplando las múltiples manifestaciones religiosas que son las procesiones y que estos días se muestra casi como espectáculos que sin duda despiertan cuando no la emocion ante ella belleza, las preguntas trascendentes y el sentimiento religioso.

Otros participan de las celebraciones litúrgicas que dentro de los templos se realizan. Eso, ahora, es mi caso, aunque con alguna peculiaridad: por razón de mi oficio cura (¡llevo ya celebrando cuarenta y ocho «semanas santas»!), tengo la responsabilidad de preparar y ejecutar el orden y modo de las celebraciones del Jueves, Viernes y Sábado Santo. Desde fuera, ello parece algo complicado y en verdad lo es, pero »la práctica hace maestros» y con una cierta organización y los muchos años que lo voy realizando, los ritos y ceremonias salen fácilmente  con acierto y éxito.

Pero hay algo aún más importante junto a estas ocupaciones "de puesta en escena" litúrgicas: estos días de Semana Santa me gustan porque en mi interior los vivo con un gran espíritu de silencio, de recogimiento y, ademas con la sensación de andar cerca de la eternidad. Esto me provoca el contemplar este tiempo de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, el Cristo. Me parce tocar la eternidad 


Baruch Spinoza, aquel filosofo judío de origen español decía: «Ni la eternidad se puede definir mediante el tiempo, ni puede tener alguna relación con el tiempo. Sin embargo, sentimos y experimentamos que somos eternos".

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