Un
caso que se ha contado bastantes veces ya en el cine: dos bebés que en la casa-cuna,
son confundidos. Aquí, un niño judío es llevado por padres palestinos al otro
lado del muro. El otro niño, palestino, se cría y educa en un hogar judío. Un inoportuno
análisis de sangre descubre la confusión, cuando ambos tienen ya 18 años.
El
joven palestino que siguiendo los pasos de su padre, militar, es ya casi un sionista
redomado. El muchacho judío, educado como un humillado y despojado palestino,
ya se prepara para la resistencia contra Israel. Ambos deciden, movidos también
por la curiosidad, conocer a sus verdaderas familias. ¿Qué ocurrirá?
Intransigencia,
odio, prejuicios, miedo: todo se irá transformando -por la labor en muchos
casos de las madres- en perdón, en tolerancia, en necesidad de paz, en
concordia. Toda una lección de lo que son los valores de la misericordia, que
tanta falta nos hacen y que el Papa Francisco con su encuentro para rezar con
los dos estadistas en perpetua guerra nos ha mostrado.
Por
todo ello, "El hijo del otro" es pues una película que os recomiendo.
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