Cae la noche .
El hombre desdiende
infinitos peldaños
enormes galerías
hasta encontrar la pena
allí descansa, yace,
allí, vencido,
yace su propio ser.
El hombre puede
cargarlo a sus espaldas
para ascender de nuevo
hacia a luz penosa-
mente: puedes caminar para siempre,
caminar...
¡tú puedes,
danos nustra resurrección de cada día!
caminar...
¡tú puedes,
danos nustra resurrección de cada día!
(Jose Angel Valente)
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