¡Qué gran decepción la que ha sufrido todo el país
ante la debacle que en Mundial de Brasil ha sufrido “la Roja” que se creía
invencible! Hasta yo, que no soy nada
aficionado, he quedado sorprendido ante resultado tan decepcionante; no puedo
creer que equipos de fútbol de tanto prestigio puedan darse el lujo de ser
goleados de esa manera. Espero que por el bien de la patria, remonten y se levanten de tal batacazo.
Así y entonces, estos héroes populares divinizados
que son hoy los futbolistas, si no espabilan, se van a convertir en unos
villanos enemigos de los intereses patios. De la exaltación y el aplauso hasta
el delirio se puede pasar al desprecio y el vituperio infinitos. Así es el
fútbol y su mundo, todo un espécimen desmesurado.
Hay que recordar que más altas torres caen. Quizá en
las actitudes de nuestra vida a todos nos hace falta un baño de humildad. Es
necesario de vez en cuando caer del guindo aunque nos creamos que estamos en la
mejor situación de la vida, llena de éxito de privilegio y de honor.
Al final tiene razón Jesús: "los últimos serán
primeros, los primeros últimos".
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