La buena noticia de mi domingo: Templo
Un templo es un templo.
Atrios, muros y cúpulas,
columnas y altares lo construyen.
A su espacio sagrado
los hombres acuden,
con el animo de la esperanza
y el deseo del encuentro,
a la espera que Dios los escuche.
A veces, sólo el eco de sus pasos es oído.
Un hombre es un hombre.
Huesos y músculos,
Sangre y fluidos son su edificio.
En su centro, su santuario:
el corazón que palpita
donde reside Dios.
Allí anidan los deseos y la esperanza,
el ayer, el hoy y el mañana.
¡Escucho el eco de sus pasos,
Lo adoro en mi corazón!
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