viernes, 30 de marzo de 2018

LAS COFRADÍAS, ¿UNA FORMA DE OPOSICIÓN?



Un estudio de una investigadora de la Historia de Sevilla descubre que el momento culminante de su Semana Santa, la llamada "Madrugá", apareció en el siglo XVIII como una forma de oposición a los decretos y mandatos de los ministros encargados del orden público allá en tiempos del Despotismo Ilustrado, cuando los gobiernos intentaban "modernizar" los usos y costumbres del pueblo sencillo, entre los que estaba la manera de manifestarse la religiosidad popular, es decir, las tradiciones de las cofradías, sus actos y costumbres.

En tiempos de Carlos III, al Marqués de Olavide, a quien le gustaba mucho los bailes de disfraces y las comedias y muy poco las cofradías y los desfiles religiosos, se le ocurrió prohibir las procesiones nocturnas  con sus capirotes, terceroles, vestas y demás (algo parecido a lo que hizo Esquilache que provocó un motín en Madrid por causa de sombreros, capas y embozos). Las cofradías sevillanas se  opusieron e interpretaron a su manera tal orden de modo que convirtieron las horas antes de el alba en un nuevo amanecer en Sevilla: así pues apareció "la madrugá". Las cofradías se llevaron el gato al agua, y Olavide acabó, con el beneplácito del Conde de Aranda, en las mazmorras de la Santa Inquisición.


A veces da la sensación, a los que hemos dirigido a través de las parroquias -que son un poder-, que las cofradías se convierten en una especie de oposición, en un impedimento para desde la pastoral anunciar  el Evangelio. Tal vez por falta de una cierta "inteligencia de calle" de la que el clero carece, éste no sabe aceptar y aprovechar esos movimientos populares de su religiosidad y llevar a su terreno las experiencias diversas, distintas y contradictorias de las cofradías. Y si no, al final, éstas se pueden convertir en una fuerte oposición y un penoso freno a lo legal jurídica y canónicamente establecido. También puede ocurrir a los poderes: adviértase luego al político de "Podemos" -ese señorito déspota ilustrado de medio pelo aunque lleve coleta-, que quiere que las procesiones se supriman en España. Pero ténganlo en cuenta también curas párrocos y jerarcas de la Iglesia. No es tan fácil interpretar aquello que dijo Jesús: quien no está conmigo, está contra mí".


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