El niño se
soltó de la mano de su madre nada más entrar en el templo, y con pasos menudos
y veloces, se llegó hasta la verja que cierra el acceso a la capilla de la Virgen
de los Dolores. Desde allí y arreguindado a los hierros de la verja, miró
fijamente el resplandeciente rostro de la imagen. En aquel bello rostro emergían
de sus ojos unas gruesas lágrimas que corrían por sus mejillas. El niño
enseguida, pregunta a su madre que estaba ya detrás: "¿Per qué plora, mare?”.
La madre le contesta "perque se l’a mort el fill". El niño, sigue con
los ojos bien abiertos, contemplando la imagen bendita de la Virgen de los
Dolores. Se fija que en su vestido negro de luto riguroso, a la altura del
pecho, lleva un corazón de oro con siete pequeños puñales clavados. Torna a
preguntar el niño “¿Y por qué lleva el corazón con siete puñales?”. La madre le
contesta porque está sufriendo mucho dentro de su corazón.
Absorto se
queda otra vez el niño que escucha ahora la voz de su madre: “¡Es también tu Madre
del cielo, hijo! ¡Vamos a rezarle! Y la madre musita casi a los oídos del niño:
“¡Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo”...
Luego el
niño, con su manita, lanza un beso a la Dolorosa y con su madre, que le vuelve
a llevar de la mano tras el silencio recogido del templo, sale de él y vuelve
al bullicio que los niños arman jugando en la plaza.
¡Hoy
comienza el Septenario de la Virgen de los Dolores en la Parroquia de Nuestra
señora de los Ángeles de El Cabanyal!
No hay comentarios:
Publicar un comentario