Hoy hemos inaugurado la Cuaresma
en nuestra parroquia. La Imposición de Ceniza,
el rito que nos recuerda nuestra condición humana llena de limitaciones, puede provocar con la ayuda de Cristo, que nuestras vidas se transformen. También
nosotros como Jesús en el desierto donde fue probado, nos enfrentaremos a ese mal interior que nos
corta el acceso a la felicidad, hacia el encuentro de sentido de una vida plena.
Llamémoslo Resurrección.
Con este motivo hemos colocado en la pared frontal
de altar mayor la reproducción de “El buen samaritano” de Vincent van Gogh, que
nos recuerda que convertirse y creer el evangelio pasa por el reconocimiento y
ayuda al necesitado “(que hoy se podría llamar “refugiado”). La misericordia,
siempre la misericordia… comoel Papa Francisco nos recuerda.
Al templo de San Antonio de Padua, de arquitectura reciente y moderna,
le sienta muy bien este tipo de decoración y que ambienta adecuadamente los
diversos tiempos de la liturgia
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