“La chica desconocida” es la última producción artística de los hermanos
Jean-Pierre y Luc Dardenne, cineastas belgas, que comenzaron realizando
documentales para la televisión y que se dieron a conocer con la impactante y
sencilla cinta titulada “La promesa”. Después vendrían, entre otras, “ Rosetta”, “ El hijo” “El niño”, “Dos días
y una noche” y “ El niño de la bicicleta”.
Jennin Davin es
una joven doctora que en un pequeño ambulatorio de barrio atiende a sus
enfermos. Acaba de discutir con el estudiante de medicina auxiliar,
Julien, a causa de la empatía personal con la que éste se implica con los pacientes. Un
día, cuando ya ha acabado la consulta y va a marcharse, la llaman por el telefonillo. No
atiende a la llamada y no abre la puerta. La persona que buscaba su ayuda era
una inmigrante de color que aparece después muerta en el río. Informada por la
policía que investiga la grabación hecha en el inmueble, la médica queda
impactada y siente la llamada de la responsabilidad.
De aquí para
allá, con movimientos rápidos con los que la cámara sigue su ir y venir, asistimos a
las mil pesquisas que esta mujer realiza, inquieta y responsabilizada, por
hacer justicia con alguien hasta entonces desconocido lejano y que se ha
convertido en su “prójimo”. Ese hecho lamentable del que ella inicialmente no
es culpable, le mueve a un cambio: de
una vida de funcionaria aséptica, puntual y cumplidora a adoptar un sentimiento
de compromiso con los demás. El filme
tiene pues unas claves cristianas (conversión, solidaridad, misericordia,
justicia) muy reconocibles como es habitual en toda la filmografía de los hermanos
Dardenne.
“La chica desconocida” está dotada de una cierta intriga psicológica lo que
hace que el relato se tense en su interés contrastando a la vez con la descripción
muy atenta de diferentes detalles y pormenores cotidianos de las pequeñas rutinas de la profesión médica
y que muestran a la vez el proceso
psicológico y espiritual y comprometido que sufre su protagonista. Esto no nos
lo muestra no sólo con palabras y acciones
sino a través del seguimiento con la cámara de las distintas expresiones de su
rostro: la apertura hacia el otro, el descubrimiento de la dignidad de las
personas que por ser inmigrantes o desempeñar una profesión denigrante la
sociedad europea del bienestar olvida y desprecia. Toda una denuncia a esta
Europa que involuciona y pierde los cálidos y solidarios valores que la hizo
grande.
La chica desconocida (Bélgica, 2016) de Luc y Jean-Pierre Dardenne.
Historia de una conversión.
Drama, intriga. Temas: Solidaridad, conversión, Europa, valores humanos, profesión.
Lo mejor: el
compromiso personal que puede provocar en el espectador el visionado de esta
película.
Lo peor: que
pueda parecer un filme minoritario, porque no se haya estrenado en las grandes
salas de exhibición
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