La primera
vez que Joan Ribó se llegó al Ayuntamiento de Valencia para trabajar como alcalde, lo hizo en bicicleta. Era
un anticipo de lo que proyectaba: una ciudad transitable y por tanto más
habitable. Así, pues, anda transformando las calles de nuestra ciudad de Valencia
y aunque para muchos ahora parezca un estropicio y una molesta monserga, creo que a la larga va ser un gran avance de bienestar
para todos los ciudadanos. Bajo la dirección de su discutido concejal de
urbanismo se están emprendiendo en la ciudad a nivel de sus calles y del
tráfico unas obras que transformarán a mejor esta ciudad tan bella, dotada de
grandes avenidas y jardines, grandes y pequeños, pero siempre hermosos.
Lo novedoso
es la red que se está creando de carril-bici, algo que es recomendable en una
ciudad de calles llanas y que además está ya totalmente saturada de vehículos
de cuatro ruedas. Las calles de todos losbarrios están repletas de coches
aparcados, y en algunas zonas de mucho tráfico el aire muchas veces convierte insanamente
en irrespirable.
Hay que
recuperar nuestra ciudad para que sea habitable, cómoda y hermosa. Pero para
ello, hay que colaborar. Seguramente para muchos la bicicleta no sea ya nuestro
vehículo de transporte pero hay que pensar en las generaciones más jóvenes: qué
bonito que se consiguiese eliminar el transporte privado en coche y todos
utilizáramos otro transportes alternativos: autobús, metro, taxis…
También hay
que cuidar la parte fundamental de las calles por las que deambulan los
peatones (aceras, calles peatonales…). Que sean más amplias, con firme más
seguro (ay, esos enlosadsoresbaladizos!), con un mobiliario urbano sobrio pero elegante. A la vez también, con
una verdadera educación ciudadana por parte de los urbanitas: fuera meadas y
defecaciónes de perros, papeleras que sirvan para depositar nuestros restos de
papeles, etc. ¿Por qué no una campaña publicitaria de educación ciudadana?
Estas novedades
al principio pueden originar muchas molestias porque nos rompen los antiguos malos
hábitos y costumbres que tenemos. Por ahí anda el origen de tantas protestas y
críticas que se hacen al ayuntamiento. Pienso que una vez nos acostumbremos,
nuestra ciudad, ya preciosa de por sí, será una urbe transitable, agradable y
con atmósfera verdaderamente ciudadana y limpia.
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