El viajante (“The salesman”. Irán-Francia, 2016) de Asghar
Farhadi.
Temas: La vida como representación,
familia, pareja, presión social, teatro.
“El viajante” (en otros lugares
titulada “El cliente”) es el filme premiado este año de 2017 con el Oscar a la mejor película extranjera. Optaban otras cintas de igual o más alta
calidad artística, pero es fácil que la oportunidad política (¡el mundo del
cine contra el energúmeno Trump!) haya
concedido el galardón a esta película procedente de Irán. El mismo director
iraní se negó a llegarse hasta los Estados Unidos, dado el veto que había
interpuesto su presidente y que cuando ahora escribo ha levantado. Quizá por
ello en la historia de los Óscars esta película se recuerde por este motivo, y
no por sus méritos que en verdad que los tiene.
La película arranca con una
secuencia estática, donde se nos muestra una escena teatral que representa el drama-tragedia “La muerte de un viajante” de Arthur Miller.
Inmediatamente después empalma con una escena
trepidante como si fuera de esos filmes de espectáculo catastrófico al
uso: una finca que comienza a derrumbarse y donde los vecinos la evacuan, entre
ellos los que serán sus protagonistas, intentando salvar los muebles que
pueden. Es una clara intención de todo el filme para mostrarnos el derrumbe de
una pareja que se rompe por la transformación de su amor en egoísmo e incomunicación. Como ocurría al principio con
la casa ruinosa, la pareja también parece resquebrajarse y hundirse como ocurre
igualmente en el drama teatral que están representando. La secuencia final en
que los dos esposos, mientras son maquillados, se miran fijamente, es la
conclusión amarga de esta hermosa película.
La primera parte de “El
viajante” plantea con rigor y, cierto
reiterado estatismo situaciones que se tornan en su segunda parte en una
especie de thriller- intriga de sentimientos encontrados que tensa fuertemente
el relato. Es lo mejor de este filme: un guión
mesurada y espléndidamente escrito. Destaca además muy especialmente la
interpretación del esposo herido por la agresión de su mujer que es capaz de ir
transformando sus positivas primeras reacciones hasta tornarlas en deseo de venganza con la ejecución de la
inmisericorde tortura del agresor. Lo contrario precisamente que quiere
lúcidamente su esposa: perdonar y olvidar.
+ Lo mejor: el perdón y la misericordia
que reclama el filme. El planteamiento de enorme tensión de su segunda parte
-Lo peor: que se piense en el “Oscar”
de esta película como castigo y oposición a la política de Trump.
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