Agua,
arcilla, aire y fuego: raíz, fuste y ramas son del hombre.
Vasija que el
viento de Dios orea.
Pesa mucho
la piedra sobre la que carga el hombro,
densa es la hora
de la noche que el paisaje ciega.
Piedra,
noche, luz y pluma
Porque de
barro soy,
mis manos
cayendo se alzan hacia el abismo
o se hunden volando, como pájaros asustados,
en el cielo.
Siempre el
silencio de la noche
ha sido grito
huido de la boca
y voz
fugitiva de la garganta
La piedra
mineral e incólume aguarda el liquen verde de la vida.
Saliva y
tierra: el barro que precede a la luz amanecida.
Se abrió al
fin la puerta que bate el viento.
.
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