Parecen las lecturas de un día de Navidad. La
luz y las tinieblas, una luz brilla…, o sea, Isaías, el profeta de la esperanza,
del futuro que todos deseamos.... Pero es el modo con que el Evangelio de Mateo
nos presenta a Jesús comenzando su vida
pública.
Las primeras palabras de Jesús, naturalmente,
son un poco la presentación de su programa. El reino de Dios o como dice Mateo,
buen judío, de los Cielos es el programa de Jesús, el mejor proyecto de Dios
para los hombres. Para que ese Reino esté cerca, dentro de nosotros, hay que
construirlo todos juntos (Dios y nosotros): sólo cambiando de mentalidad (¡convertidos!)
es posible.
Pero Jesús no quiere realizar ese Reino de
Dios él solo, tiene que contar con nosotros, no nos lo puede imponer, sino que
libremente hay que aceptarlo y realizarlo. ¡Hasta en esto Dios respeta nuestra
libertad!
Por eso inmediatamente, se pone a buscar a
sus discípulos, para convertirlos en pescadores de hombres. ¿Por qué no me hago
yo cómplice de esta aventura?
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