El viernes pasado, tuvo lugar en la capilla
del Palacio Episcopal (¡hay que cambiar el nombre de ciertos lugares de la Iglesia,
aunque éstos sean muy históricos!) una Eucaristía presidida por don Carlos,
nuestro arzobispo, siempre tan sencillo, cercano y familiar ofrecida por la Hermandad
de Nuestra Señora del Rocío de Valencia.
Previamente Don Carlos recibió a su junta de
gobierno. La capilla estaba a tope de gente, y allí se cantó la Misa con cantos
propios del Rocío. El arzobispo habló en la homilía de cómo el asociacionismo
religioso, es decir las hermandades y cofradías deben cumplir la misión de
vivir y anunciar el Evangelio, apoyándose en la devoción en este caso, de la Virgen
del Rocío.
Fue un buen momento pasado con él, y que en
la Hermandad del Rocío agradece enormemente como un gran privilegio.
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