Me imagino que a más de uno, entre los
regalos recibidos de los Reyes Magos, habrá sido obsequiado con un libro. A mí me
han traído dos y me han hecho el hombre más feliz del mundo, porque la lectura
(de un buen libro, se entiende) es un placer que el corazón ensancha e ilumina
la inteligencia.
Así que yo estoy bien feliz, porque los
Reyes me han traído dos libros. De uno de ellos ya ando dando buena cuenta de él,
pues ya voy a mitad de su lectura. Es un gran disfrute, a manos de Umberto Eco, visitar los lugares
imaginarios y legendarios que la literatura ha creado.
Así qué, amigos, os aconsejo que leáis
mucho. Sí, que devoréis los buenos libros, que no es una actividad inútil, sino
que es un ejercicio que crea músculo en el corazón y enciende la luz de la mente
para sostenerse en los tiempos difíciles, para encontrar el misterio de la
verdadera felicidad.
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