jueves, 16 de enero de 2014

Una comida de amigos



Hacía ya bastante tiempo que no nos reuníamos los cuatro amigos de la adolescencia y juventud. Alrededor de la mesa de un buen restaurante ayer tuvimos un hermoso encuentro los cuatro amigos (José Vicente, Ramón, Vicente y José Luis) reviviendo aquellos años (felices) en que estrenábamos y vivíamos a tope la vida. Con aquellos nuestros sueños, nuestras experiencias, nuestras ilusiones que aún se continúan: ahora hemos vuelto a contarnos otras experiencias,  otros sueños  y otras ilusiones, tal vez no tan audaces y brillantes como antaño, pero sí llenos de vida y de satisfacción por la obra bien hecha de nuestras vidas.

Fue una buena comida, y aún más agradable con la posterior sobremesa. El corazón se reconforta con estos encuentros y los recuerdos, que parecen apagados, se despiertan de nuevo para dar calor al corazón, que algo cansino, se refuerza para seguir andando con paso seguro hacia delante.

Y es que el recuerdo no es solamente ejercicio de la mente, sino un verdadero masaje al corazón. Uno doblar la potencia de éste. “Re-cordar” es tener doble corazón

Amigos queridos, benditos seáis.

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